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lunes, 14 de noviembre de 2011

Utopians a su manera

Txt Gonzalo Sánchez Segovia  @gonzalo_ss / Ph Ezequiel Sambresqui

La historia del grupo se remonta a los días en los que Barbi y Larry iban al secundario, ahí se hicieron amigos y armaron su primera banda. El papá de Larry trabajaba en una fábrica en Saavedra que fundió y ellos la ocuparon para ensayar y descifrar cómo conquistar el mundo del rock. Tenían trece años. Cuando salían del colegio, la curiosidad los llevó a una disquería donde el dueño les ofreció un arreglo al que no se pudieron negar: si le limpiaban los discos y lo ayudaban a deshacerse de los que tenía repetidos, él les regalaba un disco o una revista importada por semana. Así fue como los dos primeros integrantes de Utopians se amarraron a la música para dejar todo lo demás.

“La pasábamos tan mal fuera de ese contexto que dejamos el colegio. Ahí fue cuando entró Mario y al poco tiempo Gus. Tachamos opciones, si no terminábamos la escuela, no podíamos ir a la facultad para meternos de lleno en la banda”, recuerda Barbi.

Ahora cambiaron la fábrica abandonada en Saavedra por una sala en un sótano del Abasto, donde ensayan tres veces por semana pase lo que pase. Están armando los temas nuevos que van a ser parte de su tercer disco. Los anteriores -Inhuman y Freak- son una muestra del sonido urgente y crudo de la banda, fueron grabados en arrebatos menores a dos semanas, el primero en Argentina y el segundo en Chile.




“Somos muy impulsivos, escribíamos los temas en cinco días y grabábamos en una semana. Ahora no, los armamos, ensayamos y resolvemos con nuestro productor. Este mes vamos a grabar los demos y el disco recién en enero”, explica Barbi, verborrágica, acapara la conversación y da una muestra del tsunami que es arriba del escenario cuando agita sacada y no hay público que le parezca imposible ganarse. Ella comanda, siempre apoyada en sus compañeros que sostienen un tempo galopante.

Larry, el baterista, marca el “1, 2, 3, va” ramonero y la banda desata toda la furia de su música, Mario empuja con su bajo y Gus le suma la guitarra. Utopians es como un auto corriendo a toda velocidad por la autopista: rápido y despiadado.

Desde el principio tuvieron que luchar contra los prejuicios, ellos eran autodidactas en esto del rock, y además muy pibes. Aprendieron escuchando “bandas anglosajonas”, punk y rock, los Ramones y los Stones. Nunca se a su manera les ocurrió que había otra forma de cantar que no fuera en inglés, su exposición con la música nacional había sido casi nula, y cuando empezaron a recorrer los bares, se encontraron con algunas dificultades: “Si arrancás de tan chico no tenés prejuicios ni conceptos y planeas las cosas de una forma muy inocente. Durante muchos años tocábamos, nadie nos conocía y nos daban dos consejos: ‘canten en castellano y no toquen tanto, porque sino nadie va a ir a verlos”.
La banda pateó su propio camino, se tropezó, aprendió y también creció. Siguen con su filosofía de tocar siempre y donde sea, porque así es como le sucedieron las cosas: consiguieron manager, productor, se fueron de gira y tuvieron la oportunidad de abrir para The Cult y los Guns & Roses en el Estadio Único de La Plata el pasado 8 de octubre. “Es muy común que nos digan que tuvimos suerte, es un consuelo para el otro pensar que tenés suerte.  Pero yo tengo la teoría de que es todo estadístico, si tocás 500 veces en 500 lugares diferentes te van a pasar cosas buenísimas”, analiza Barbi.

El público les empezó a pedir las traducciones de las letras y decidieron probar con alguna canción en castellano. Barbi cuenta que la gente tenía muchas ganas de cantar y ellos querían que el público cante. En Freak metieron tres temas en castellano y la respuesta fue tan fuerte que se vieron obligados a re pensar su forma de comunicarse “porque la gente cantando la letra de principio a fin cambió todo”.
Los cuatro tienen laburos para pagar las cuentas del gas y el celular, pero al mismo tiempo saben que esos trabajos deben ser funcionales a Utopians. “Encontramos una forma de subsistir acorde a los horarios de la banda. El secreto del under está en aguantar y nosotros estamos aguantando”, desafía Barbi.

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