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martes, 13 de diciembre de 2011

Bob Gruen: el fotógrafo del rock

Txt Gonzalo Sanchez Segovia 

Bob Gruen siempre estuvo en el lugar indicado en el momento indicado. Con su cámara retrató a las bandas más importantes desde los sesenta en adelante y pudo documentar los movimientos que cambiaron la historia del rock, como la escena punk de Nueva York o el festival folk de Newport, donde Bob Dylan cambió su guitarra acústica por una eléctrica. Sus fotos fueron expuestas en el MoMA y una de Sid Vicious forma parte de la colección permanente de la National Portrait Gallery de Londres. En su primera visita a la Argentina, vino a presentar Rock Seen, la muestra exhibe sus mejores y más icónicas fotografías en el Centro Cultural Borges.

Gruen también vivió de cerca la experiencia: “Empecé a trabajar como fotógrafo de rock en 1965. Y no sólo visité el estilo de vida del rock, sino que es mi estilo de vida y lo disfruto”, aclara. Fotografió a Led Zeppelin, The Clash y Bob Dylan (una lista completa de los artistas que posaron para su lente en su rudimentaria web) y también era amigo de John Lennon y Joe Strummer.

En una charla con Cultra, previa a la conferencia donde presentó su muestra, Gruen dice que “The Clash es la única banda que importa” y que no tiene un momento favorito de todos los que vivió, pero dispara una lista que deja a cualquiera boquiabierto: “He visto tantas cosas geniales que es difícil decir cuál es la número uno. Todos los shows de Tina Turner y The Clash, estar parado junto a John Lennon en el Madison Square Garden o ir a la Estatua de la Libertad con él. El mes pasado vi a Green Day en Nueva York, en un pequeño club para doscientas personas donde probaron veinticinco canciones nuevas. Es difícil elegir entre todo eso”.

Tampoco puede decidir quién es su personaje favorito del rock para retratar. “Hay muchos. John Lennon fue muy cool, David Johansen, Joe Strummer y Tina Turner. Es imposible sacar una foto mala de Debbie Harry y Paul Simonon, de The Clash, es el tipo más fachero del rock. Tengo muchos favoritos”, cuenta Gruen que a sus 66 años también disfruta sacando fotos de su familia: “Tengo cuatro nietas, mi hijo es cantautor y sacó algunos buenos discos, un poco tranquilos, pero puede rockear; mi otra hija es doctora”.

En la presentación de Rock Seen, Gruen lee de su laptop un repaso de su carrera al mismo tiempo que pasa algunas fotos. Relajado y con mucha humildad, tira algunas anécdotas de su vida que son la envidia de cualquier fanático del rock, como la primera vez que sacó fotos en un recital. “Fue en el festival folk de Newport, en 1965, cuando Bob Dylan agarró la guitarra eléctrica. Para mí fue una declaración de que el rock es la música folk de Estados Unidos. No fue tan simple como siempre lo pintan: muchos abucheaban, otros festejaban, y algunos sólo se gritaban entre ellos. Parecía que la gente estaba asustada por el cambio, que algo sea diferente. Dylan tiene un impacto profundo en nuestra psiquis cultural. Los músicos que a mí me gustan cantan sobre política social, no sólo deseo y lujuria, como la mayoría”. Con éste tremendo debut fotográfico inició su carrera.


Conoció a John Lennon cuando un periodista le pidió que lo acompañe a entrevistarlo junto a Yoko Ono para una nota sobre Elephant’s Memory, la banda que los acompañaba. Bastante nervioso, les hizo unas fotos que gustaron y se las pidieron para el arte del disco Some time in New York. A partir de ahí, entablaron una amistad que convirtió a Gruen en una especie de documentalista de la vida de Lennon, y además de retratarlo para revistas y discos, también lo hizo junto a Yoko y con su hijo Sean. Quizás la más conocida, y probablemente la foto más famosa del Beatle, es la que está posando con una remera que dice New York City. Estaban haciendo la portada de Wall and Bridges, en la terraza de la casa de Lennon, cuando Gruen le
sugirió que se ponga la remera que él le había regalado un año atrás.

Además de íconos del rock, también trabajó con muchísimas bandas desconocidas y le tocó hacer algunas sesiones poco comunes, por ejemplo la de Alice Cooper con Salvador Dalí. “Fue de lo más interesantes que hice: Dalí no paraba de hablar sobre el arte del confusionismo y Alice tenía dos millones de dólares en joyas colgados, y un guardaespaldas con ametralladora”. También fue a Rusia, en 1989, con Bon Jovi, Motley Crüe y Ozzy Osbourne para sacar fotos de un festival a beneficio anti abuso de drogas y alcohol. “En ese avión todos sabían mucho sobre el tema”, ironiza.

Giró por Japón con Kiss y también acompañó a los Sex Pistols, The Clash, Los Ramones, New York Dolls y Blondie en sus tours. “Trabajé con The Clash porque querían cambiar las cosas para hacer un mundo mejor. Dicen que los Sex Pistols hacen gritar a la gente de furia, pero fue The Clash los que les dieron las razones. Prefiero a la gente que busca soluciones y no a los que sólo se quejan de sus problemas. Lennon dijo que no hay problemas, sólo soluciones”.
“Sid Vicious era un desastre, pero sabía como expresarlo”. La foto es parte en la exposición permanente de la National Portrait Gallery de Londres.
Haber pasado tanto tiempo documentado a los músicos lo convirtió en un gran analista de la cultura rock, sus ideales, personajes y los cambios que sufrió a través del tiempo. “Green Day es mi banda favorita de estos días. Para mí fue una sorpresa cuando el álbum American Idiot se convirtió en un éxito mundial porque las canciones tienen las mismas ideas por la que los punks eran atacados: furia contra el sistema, falta de oportunidades, hipocresía y falta de libertad. Me parece que es un gran progreso”.

Tiene publicados siete libros, un dvd con material de los New York Dolls y un documental sobre sus fotos, Rock & roll exposed: The photography of Bob Gruen. Actualmente, trabaja con bandas grandes y también busca otras en el underground neoyorquino. A veces visita a sus amigos, como la vez que llevó a Liv y Steven Tyler a ver a Iggy Pop por primera vez.

Gruen admite que muchas veces estuvo en el lugar indicado en el momento indicado, algo que también le pasó a muchas bandas, pero además parecería tener un sexto sentido de la ubicación, quizás favorecido por su forma de trabajo: casi nunca planea una sesión, sino que vive con las bandas y documenta lo que ve. “Trabajé con muchos artistas que han inspirado al mundo y es importante para mí transmitir la pasión y el sentimiento de lo que está sucediendo”.

Rock Seen
Centro Cultural Borges (Viamonte esq. San Martín)
Hasta el 15 de enero

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