Eruca Sativa sin etiquetas

Txt Gonzalo Sanchez Segovia @gonzalo_ss/ Ph Ezequiel Sambresqui

La sala de ensayo es como todas: hay un par de amplificadores, una batería, guitarras, cables y las paredes están acustizadas. Lo distinto en ese cuarto es Eruca Sativa, el power trío de Lula Bertoldi, Brenda Martin y Gabriel Pedernera que es demoledor, pero sobre todo original. Cuando tocan, no hay lugar donde esconderse.

El ensayo transcurre con normalidad. A diferencia de los shows en vivo, están más relajados y no usan los trajes que diseñan para subir al escenario, pero la intensidad y el volumen no varían en nada con un recital. Gabriel golpea la batería con precisión sin la necesidad de revolear los brazos como un loco, el bajo de Brenda no deja hueco sin rellenar y ella no parece esforzarse, y la guitarra de Lula empuja a pura distorsión.

Los tres integrantes se conocieron en Córdoba, donde tocaban en otras bandas antes de meterse de lleno en Eruca Sativa. “Nos juntábamos a zapar y nos dimos cuenta de que teníamos algo especial entre nosotros, entonces nos animamos a dejar todo para hacer lo que sentimos, que era tocar juntos”, cuenta Brenda.

El próximo paso fue dejar la provincia donde se conocieron y mudarse a Capital Federal. Aunque no fue algo premeditado, cuando conocieron el circuito porteño y empezaron a tener más fechas en la ciudad y los alrededores, la transición se dio de manera natural.

Ahora charlan sentados en el living de la sala y tratan de descifrar por qué son distintos. Siempre con base en el rock, el estilo de la banda también incluye otros matices. Un poco de funk, rock alternativo, a veces heavy, otras no tanto, con melodías y contenido en las letras: fusión. Es difícil etiquetar a la banda: suenan a ellos, o ellas. “Intentamos desarrollar un sonido propio y le escapamos a identificarnos con otros para que a la gente le llegue lo que quiera y en algún momento puedan decir ‘suena a Eruca’”, explica Brenda, y Gabriel sentencia: “Si estuviese en un grupo que fuera tan fácil de definir como otro sería un fracaso artístico”.

La mayoría femenina en la banda llama la atención, chicas que tocan rock y la rompen. Lejos de ofenderles que la prensa y el público lo resalten constantemente, prefieren aprovechar la situación que para ellas es natural.

La Carne (2008) y Es (2010) conforman la discografía de la banda, que muta el modo de componer cada álbum. “El primero lo tocamos en vivo y después lo grabamos. El segundo lo hicimos en quince días, obviamente con cosas que cada uno venía pensando, una idea o letra. Nos metimos en una sala y lo armamos de golpe. El tercero ya lo estamos componiendo y faltan un par de meses para que entremos a grabar, o sea que de raíz el proceso está siendo distinto”, comenta Brenda.

Eruca Sativa no sólo explora artísticamente, sino que también trabaja en los aspectos extra musicales para tener independencia y hacer lo que quiere. Es fue editado por MTM Discos, su propio sello, y hoy se puede conseguir en las disquerías de todo el país. Brenda es diseñadora gráfica y se ocupa de las tapas de los discos y los flyers, Lula es licenciada en relaciones públicas y administra las redes sociales y Gabriel se encarga de la parte técnica.

A pesar de la solidez de los discos, sin duda el fuerte del grupo es el vivo, donde la intensidad de la performance le patea la cabeza al más rockero y también atrae al más detallista. “Queremos que vuelva la formalidad arriba del escenario, porque no es cualquier situación. Es un momento de comunicación con la gente. El show tiene un contenido profundísimo, pero también vendemos un espectáculo. Usamos ropa que nos hacen a nosotros e imponemos nuestro estilo, es una manera de bajar línea”, detalla Lula.

Después de tocar en festivales por varias provincias, este mes se embarcarán en su primera gira por México, donde pasarán 15 días y están por editarse sus dos placas. El crecimiento de Eruca Sativa es tan fuerte como el sonido que disparan sus amplificadores cada vez que los prenden.