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martes, 27 de septiembre de 2011

Volver a las canciones

Por Nicolás Furfaro - @nicolasfurfaro

En tiempos en los que el indie porteño sólo miraba a Thom Yorke, Voltura bregó por la ruptura de esa simbiosis y buscó abrirle las puertas a un sonido que prefería escuchar al sello norteamericano Matador. Murió joven, después de 11 canciones, pero gracias a la crítica que abrazó la propuesta y a los músicos que tomaron la posta, se ganó un lugar tallado en la piedra fundamental de la escena que se desarrolló en los años que le siguieron.

Hernán Martínez, su líder, presenta ahora Revolución de Verano, su primer larga duración como solista. Con cambios en el sonido (algunas canciones que abandonan la limpieza de los anteriores trabajos y se entregan a la distorsión) y estructuras cancioneras (porque para novedad están los clásicos), el disco mantiene la esencia pero denota una evolución.

“Son canciones más cerradas y trabajadas, que mantienen el objetivo experimental de Voltura pero con la intención de volver a la canción tradicional desde un abordaje distinto”, explica Martínez.
Designado por los periodistas como embajador de Yo La Tengo y The Velvet Underground en Argentina, asegura que no reniega de esa identificación y que a pesar de su nueva búsqueda todo sigue pasando por el rock estadounidense de los ’90.

“Últimamente escuché mucho The Magnetic Fields y quizás por eso en el disco hay más melodía, pero la realidad es que el objetivo fue escribir algo original y propio”, detalla para marcar el contraste con las costumbres del pasado, cuando componer era un ejercicio de aprendizaje y su pretensión se limitaba a que las canciones sonaran similares a algunas de las bandas que vivían en sus oídos.
Las letras del disco hablan, oportunamente, sobre puntos de inflexión: escenas apocalípticas, comienzos y finales. Martínez duda al explicar el por qué, como si todo surgiera sin pensarlo demasiado, pero la necesidad de contextualizar lo lleva a señalar que es una mezcla de cambios en su vida personal y “el clima de fin del mundo que está en el aire”.

En tanto, al restringir la mirada a lo local, logra encontrar una inspiración más concreta en las dificultades a las que se enfrentan las bandas chicas en la Ciudad de Buenos Aires. “Círculo de Fuego, que es una canción apocalíptica, representa la situación del under local. Cuando yo empecé había más oportunidades y se podía tocar sin poner un montón de guita, pero eso cambió y ahora la música está teñida de lo que es el marketing y las empresas”, se queja.

Sin embargo no todo es negativo. El sonido por el que peleaban Voltura y los primeros platenses hoy es insignia de un colectivo que avanza y que en su interior tiene reservado un asiento para Hernán Martínez y las Estrellas.

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