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miércoles, 7 de septiembre de 2011

Nairobi innova en el reggae

Txt Gonzalo Sánchez Segovia @gonzalo_ss / Ph Karen Levin


El predio de Tecnópolis está repleto de familias y curiosos que deambulan entre los stands llenos de luz y ruido, todo condimentado con un atractivo olor a choripan. Es sábado a la tarde noche y la temperatura baja de golpe. Mucha gente se amontona en el galpón donde empieza el show de Kapanga. Cerca, en un escenario al aire libre decorado con esculturas de León Ferrari, Nairobi arma su set para tocar.


Suena una base de reggae lenta y pegajosa, algunos aventureros son atraídos por el ritmo suave y se dejan atrapar por los acordes pastosos que retumban entre las innovaciones tecnológicas made in Argentina. Nairobi toca. Iván, el cantante, dispara sonidos desde su consola y alarga las palabras que se mezclan en melodías densas. Interactúan con las esculturas de Ferrari, las agitan, se engolosinan con ellas entre las canciones. Están en su trance del que quieren hacer partícipe a todos.

¿Qué es Nairobi? Sin duda es una banda de reggae diferente a las que machacan sin pudor la radio todos los días. Grabaron, mezclaron y tocaron con Lee Perry y Mad Professor, dos históricos del dub; y fueron la primera banda argentina que tocó en Glastonbury, uno de los festivales europeos más importantes. Los logros y el reconocimiento internacional apuran una conclusión sobre su futuro, pero ellos mantienen los pies sobre la tierra y se preparan con esfuerzo y trabajo para poder estar a la altura de los acontecimientos.

Lo cierto es que Nairobi encontró en el dub un sonido original y poco común, y a partir de la experimentación busca una identidad constantemente. “No vamos detrás de un sonido establecido sino en búsqueda de un sonido a establecer. Siempre estamos como en constante ascenso a algo que se exprese de manera más clara, algo que en nuestra cabeza como grupo está claro, y a través de los discos y los vivos tratamos de hacer manifiesto para los demás también”, explica Iván, que reflexiona tranquilo las respuestas sentado en el piso de la sala de ensayo.

Si bien está dentro del boom que el reggae vivió en los últimos años, la banda empuja las fronteras del género y se separa, con consciencia, del reggae soft para descansar frente al mar. “Somos parte de la new wave del reggae argentino, que tiene más que ver con el movimiento que se gestó en los ochenta y no con el de los noventa y los dos mil. Hay bandas nuevas que hacen reggae desde otro lugar, no desde la playa”, dispara.

Si Wu Wei, el primer disco, tiene un sonido analógico, Wet es más experimental y acerca el reggae a la electrónica. Nairobi se plantea desafíos estéticos y conceptuales para cada etapa. Reconocen que Wu Wei  fue una manera de acercarse al género y un tributo a la música que les gusta, pero que en el segundo quisieron probar algo distinto: “Sentimos ganas de explorar en el estudio, teníamos la idea de hacer un disco de reggae totalmente frío, con un sonido más industrial, moderno y nocturno. Es algo propio de nuestra manera de trabajar, dejar que las formas, los procesos y las máquinas afecten los resultados que venían de alguna manera escritos”.

En enero enfrentarán un nuevo desafío: fueron invitados a tocar en el Ariwa Back to Africa, un festival que se realizará en Gambia, África, para celebrar los 30 años del sello Ariwa de Mad Professor. Todavía incrédulos, se preparan para incorporar nuevos elementos a su música. “Gambia es un país muy caliente espiritual y musicalmente. Nuestra música es un rebote de la suya. Tenemos ganas de conocer gente, ritmos, instrumentos y cultura”.

El plan era grabar un disco nuevo para fin de año que iba a salir al mismo tiempo que una edición en vinilo de Wet con mezclas alternativas realizadas por Joe Ariwa, pero decidieron dejarlo para más adelante e incorporar las experiencias del viaje a la grabación.

Nairobi asume los riesgos y apuesta fuerte al futuro. Experimenta y busca un sonido propio sin anclarse en el reggae. Los últimos acordes de la banda en Tecnópolis retumban, cruzan el océano y llegan hasta las costas de África.


Backstage exclusivo de Cultra

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