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martes, 27 de diciembre de 2011

Morbo y Mambo: Modeladores del groove

Txt Andrei Aronowicz @andiaro /  Ph Ezequiel Sambresqui

Al visitar el centro de operaciones de la banda, se pasa por la misma experiencia que cuando se los escucha por primera vez: comienza por un leve desconcierto y enseguida empieza a tener un insight, “ahora lo entiendo todo”. La ex fábrica de pantalones (La Fábrica) alberga a otros músicos, artistas plásticos y diseñadores de indumentaria. Luego de atravesar pasillos, grandes espacios repletos de obras y cruzarse con algún pintor creando, se encuentra la sala, donde los MyM ensayan hace un año y medio.

De juntarse solo a zapar en el verano de 2006, el septeto marplatense llegó a la Ciudad en 2007. Se mudaron exclusivamente por la banda, con convencimiento absoluto en su música y las oportunidades que se les abrirían. 

Comenzaron a ser fijos en lugares como Plasma y pegar onda con productores y otros músicos que los ayudaron a empezar a grabar. “El guitarrista de Lumbre tiene un estudio y es el que nos grabó los primeros demos”, cuenta Carla, la guitarrista. “Ale, de la banda Honduras, nos incitó a hacer el primero, Das Papier”, completa Manuel (bajo) y detalla: “Es una improvisación que hicimos Carla, Fermín (trompeta), Mateo (batería) y yo en el estudio. Él nos dijo ‘muchachos, tienen que sacar esto como sea’”. Carla, que se encarga del diseño de la banda, explica a partir de esa experiencia, parte de cómo se da el proceso creativo-sinérgico de la banda: “A las semanas, Ale nos escribe un mail diciéndonos que había soñado con un bicho, que terminó siendo el arte de tapa”.

Así se da Morbo y Mambo, los temas nacen de improvisaciones, no se atan a las convenciones de los géneros, van por la tangente de ellos, aprovechando lo que cada uno aporta. Fermín, el trompetista se declara Spinetteano pero los demás le reconocen que aporta el jazz, Manu aclara que incluso lo tuvieron que forzar a escuchar Radiohead, que en un principio no le gustaba. Maxi (trombón) continúa: “Mucho Beatles también. Mauro la electrónica, Carla el hard rock”. Manuel relata como a él y a su hermano Mateo el padre les hacía escuchar Caetano. La impronta brasilera es fuerte en la banda, como también lo setentoso de Zeppelin, Yes y mucho stoner. De hecho, eran una banda stoner, que hace menos de dos años incorporó el afro beat que tanto los marca.


Lo indescriptible e inencasillable que es la música de MyM podría ser su mayor orgullo. “Si nos preguntan –se adelanta Carla-, no somos afrobeat, dub, o stoner, porque somos siete y tratamos de tocar lo que nos gusta de eso, no es un estilo puro”. Incluso llegan a frenarse si se encuentran entrando en clichés de géneros. “El hecho de escuchar mucha música variada y que cada uno aporte lo que le interesa de cada género hace que la banda busque un sonido particular. Nunca abordamos los géneros en si (…) nos juntamos a improvisar y la cosa puede ir para cualquier lado” explica Maxi.

Luego de una gira brasilera que los encontró con una infraestructura musical y una capacidad de producción y difusión cultural muy superior a la local (ellos salen en MTV Brasil y acá toca Justin Bieber) los Morbo están en gestión de una visita al Viejo Continente. 

La sala pareciera ser su espacio natural, donde moldean como un escultor hasta tener su forma final. Esa manera de abordar el trabajo, de ir intuitivamente encontrando el punto de su obra donde está el límite, el “hasta dónde llega” es una de sus virtudes. Ahí se gestan sus potentes, colgados y extremadamente grooveros temas que en sus intensos (pero nunca tediosos) shows llevan inevitablemente al baile irrefrenado.

Los MyM se quedan ensayando en una sala casi en penumbras que acompaña el trance que tienen sus canciones. Obviamente, arrancan con una jam de mínimo media hora y luego versiones ajustadas pero alargadas de sus temas. Acá preparan sus shows, como la presentación de su recomendable disco homónimo en la cual intervinieron el CC Matienzo en una experiencia multisensorial que mostró un concepto que abre un nuevo mundo -igual que el huevo diseñado por Carla para la tapa del álbum- cuyo interior conduce hacia las profundidades de Morbo y Mambo.



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