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martes, 24 de abril de 2012

Yo quiero que me toque una cumbita


La Delio Valdez, La Orquesta Alcaloide y Cumbia Hasta el Lunes hacen del género su propia versión.

Txt. Lautaro Schachmann | Ph. Ezequiel Sambresqui

No es casualidad de dónde surge el nombre de la cumbia: es colombiana de origen, pero debe ser uno de los pocos estilos que tiene diferentes variantes autóctonas en la mayoría de los países latinoamericanos. Según cuenta la leyenda –y el diccionario Larousse-, su raíz proviene del cumbé, que era una danza de Guinea Ecuatorial. Y cumbé significa jolgorio, fiesta. Desde siempre la cumbia y la fiesta van de la mano.
La Delio Valdez


Hace ya unos tres años que en Buenos Aires se organizan cada vez más fiestas cumbieras, tanto en lugares privados (el Club Premier –que fue uno de los pioneros-, Konex, Salón Real) como en parques abiertos. En 2009, Metrópolis, la histórica bailanta ubicada en Palermo, cerró sus puertas para dar lugar a lo que prometía ser el “nuevo Cemento”. Hoy en esa disco ya conocida como Groove se organizan anualmente decenas de fi estas donde predomina este sonido.

Durante estos últimos años, muchos músicos porteños provenientes de diferentes estilos comenzaron a incursionar en este ritmo. Ya son varias las orquestas y bandas formadas en busca de lograr que esta danza les sirva como medio de subsistencia. La Delio Valdez, La OrquestaAlcaloide y Cumbia HastaEl Lunes son bien diferentes entre sí, pero están unidos por el sentimiento puesto en tocar cumbia y surfear la cresta de esta ola que no para de crecer.

La cumbia es un patrimonio a la humanidad”, asegura Gladys La Negra del Carmen Sarabia, cantante y una de las dos integrantes mujeres de La Delio Valdez. A horas de cerrar la fiesta El Club de la Cumbia en el Konex, los de La Delio parecen tener más ganas de bailar, enfiestarse con el público y escuchar la apertura del festival a cargo de Los Reyes de la Cumbia, que de ponerse la camiseta de estrellas de la noche y dar su show.

Nosotros nos ponemos contentos si la gente baila. No importa si es el Konex, Parque Centenario o en una fiesta: si la gente bailó, es porque la música les llegó”, aseguran a coro. La Delio Valdez es una orquesta de cumbia bien vintage, con el formato que tenían estos conjuntos 30 o 40 años atrás. Son 14 integrantes: dos trompetistas, un saxofonista tenor y soprano, una saxofonista alto, un clarinetista, dos trombonistas, un bajista, un guitarrista que hace coros y canta, un timbalista que también canta, un encargado del bongó y la campana, otro del güiro y las maracas y la voz femenina a cargo de La Negra.

Orquesta Alcaloide
Para los integrantes de la Orquesta Alcaloide, que estrictamente no es una banda de cumbia, este ritmo "es una fuente de trabajo". También multitudinarios pero con instrumentación más moderna que la Delio –un saxofonista alto, un trompetista cantante, dos guitarristas, un bajista, un tecladista, un acordeonista, un baterista, un timbalista, un trombonista, un encargado del bongó, otro de las congas, un armoniquista y la voz a cargo de Sonia Sanivell-, ellos se emparentan más con la fiesta que con el estilo en sí: tocan cuarteto, cumbia, reggae y un poco de ska. El sábado 13 de febrero, en el programa sabático satélite de Tinelli, los presentaron como los nuevos Dancing Mood. “Para nosotros fue un honor”, afirma enérgicamente el trompetista Esteban Negromanti, y agrega: “Nosotros apuntamos a eso: a ser los Dancing Mood del boliche”. Durante el verano, los contrató la Secretaría de Turismo de Villa Carlos Paz y fueron una fija en el boliche Zebra de esa localidad. “Nuestra meta es reemplazar el sintetizador del boliche con la Alcaloide”, define Negromanti.

Cumbia Hasta el Lunes
La cumbia nos dio la posibilidad de hacer movidas grandes”, cuenta Martín Lijalad, guitarrista de Cumbia Hasta El Lunes (CHEL). De estas tres bandas, ellos son los más nuevos y los más aggiornados a la variante argentina del estilo: no tienen vientos y, además del guitarrista, bajista, las dos voces, congas, timbales y el baterista, tienen un integrante que toca el keytar, instrumento con el que Pablo Lescano hace de las suyas en Damas Gratis. Todavía estamos en busca de nuestra identidad. Por la instrumentación estaríamos más emparentados con la cumbia argentina, aunque no hacemos cumbia villera”, aclara Lijalad. En las últimas dos navidades porteñas participaron de una fiesta masiva que se realiza en la plaza de Av. San Martín y Apolinario Figueroa. Esta última vez, más de dos mil personas se quedaron bailando hasta el amanecer. Ellos tocaron pasadas las seis de la mañana y la plaza estaba colmada de gente que esperaba escucharlos. 

Las tres bandas solían tocar otros estilos antes de éste, pero admiten que desde que tocan cumbia se divierten mucho. Este ritmo les permitió no sólo trabajar con su música sino también hacer grandes fiestas multitudinarias en donde el baile y el festejo reinan hasta que se hace de día. Y esto es lo que buscan y siguen planeando para su futuro: que cada vez sean más los que quieran que les toquen unas cumbitas.  





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