El cantante Adrián Berra y su constante transformación, plasmada en su segundo disco.
Asoma, de a
poco aprece, crece, emerge. Adrián Berra se
autodefine como un artista joven, con canciones cambiantes y en la búsqueda de
un estilo propio. "El disco nuevo no tiene nada que ver con el anterior.
No siento que esté en un lugar y me
quede en ese lugar. Voy de a poco".
Su ópera
prima, "Mi casa no tiene paredes" se
gestó en un colectivo baqueteado que recorría las provincias argentinas. Ocho
amigos/músicos se juntaron para viajar con sus instrumentos como equipaje. A
esta fusión, la llamaron Bambasten Bus Band. Durante el recorrido, y a la
vuelta, Adrián compuso catorce temas. En 2010 entró al estudio de grabación , y
como no tenía una banda propia, fue una especie de todopoderoso con los
instrumentos y tocó él mismo la mayoría de ellos - algunos invitados lo ayudaron
para ejecutar determinadas canciones-. "Quería retratar como me sentí en
el viaje, que tocábamos desenchufados. Es un disco muy natural, le canta a la
naturaleza", dice hoy Adrián, tres años después y en plena preparación de
otro disco.
Con un
salto que parece agigantado, el segundo trabajo se llama "Funeral", y
esta vez su voz se escuchará acompañada de una batería, guitarras eléctricas, un
bajo. En apariencia, un producto antagónico a aquel primero y debutante. Pero
el cantante frena para contradecir esa idea: "El disco no es oscuro. Las
canciones retratan estos últimos dos años, que fueron momentos de mucho cambio
para mi. Es una manera bastante alegre de ver al funeral, verlo como una
transformación".
Los
periodos de conversión y metamorfosis musical hacen variar los referentes de
Adrián. Charly García, los Beatles, dice que los artistas lo van influenciando
por épocas. En el presente, se llena los oídos con música más nórdica,
instrumental, y también con aquella que interpretan sus colegas contemporáneos,
independientes. "Creo que están pasando muchas cosas buenas. Hay muchos
espacios culturales a los que van toda una generación a tocar y oír cosas
nuevas. Se está gestando un movimiento artístico nuevo". Adrián abre un
paréntesis que dedica para hablar de éstos espacios. Reconoce que son
importantes para músicos como él, en estado de emergencia. "Forman parte
de un movimiento underground que va paralelamente por el costado de las radios y
lo comercial".
Multifacético,
además de cantante también se encuentra en el rol de maestro. Desde el año
pasado da talleres de música para no músicos, de los cuales los alumnos modelos
son los novatos melódicos, que quieren producir lindas sonoridades pero no
saben cómo. "Es para hacer música desde la intuición; con pautas y juegos
se va ordenando lo que empieza siendo un caos, que al final termina teniendo un
criterio y una concepción musical".
Entre
febrero y marzo, saldrá a la superficie el nuevo material del artista
transformado, acompañado por su banda, que aún no tiene nombre definido. Pero
esta emergencia en crecimiento no se detendrá en ese entonces. Si una casa sin
paredes concluyó en un funeral, se puede imaginar que Adrián Berra seguirá con
una mutación que sorprende.
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